La justicia penal es la última instancia de la que dispone el Estado para proteger los derechos de las personas. La reforma constitucional de 2008 representa una transformación de tal calado que algunos académicos la han calificado como "la más ambiciosa desde la Constitución de 1917". El presente volumen pretende servir como carta de navegación para esta travesía iniciada hace ocho años. El puerto de partida son los compromisos internacionales y los diagnósticos que motivaron la reforma. Tras el vencimiento del plazo establecido para la entrada en vigor del sistema oral acusatorio, todavía quedan muchas leguas por recorrer.