El documento establece la importancia de hacer efectivo el derecho humano al agua y saneamiento para mejorar las condiciones de salud pública. Indica como el acceso a estos servicios necesitan ir acompañados de una cultura del agua enfocada en su uso y aprovechamiento sostenible tanto en la implementación de políticas públicas por parte de las autoridades de gobierno como en las prácticas sociales de la población. El análisis se circunscribe espacialmente a los entornos urbanos.